martes, 29 de diciembre de 2015

De regreso

Leí las cinco entradas anteriores de mi blog, viejitas ellas, y me gustaron. Hace mucho que no siento necesidad de escribir, supongo que porque, aunque no formalmente, escribo bastante.
Siento desasosiego. Me cuesta dormir. Me cuesta volver a la rutina previa a este año tan ajetreado. Veo en Facebook gente que reniega de que los muros hablan de política más que de otras cosas y no puedo más que disentir. No en la observación, sino en la queja. Y es gente joven, incluso un poco más que yo (me considero joven, como verán).
No sé si hay vuelta atrás de todo esto qué (me/nos) pasó. Hoy, en este momento, siento que no. Que todo cambió para siempre. A pesar de que la Historia se repite, «nosotros los de entonces ya no somos los mismos».
Soy incapaz de apreciar si es algo bueno o malo. Me siento en un estado de súper conciencia, he desarrollado un sentido crítico propio, finalmente. Siempre me pareció que era demasiado voluble, ahora me siento mejor plantada, con más claridad. Esa parte del cambio me parece positiva. Pero por otro lado, ser tan consciente me tiene en carne viva todo el tiempo. Lo estoy sufriendo. No soy la única, ni la que más lo sufre. No pretendo arrogarme ni martirio ni originalidad. Pero me pasa.
Sólo queda esperar, para tener perspectiva. Pero no esperar sentada, eso no tiene vuelta atrás. Una vez que me sentí parte no quiero volver a ser espectadora.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Sobre el aborto

Soy mujer y madre. No puedo desprenderme de mi historia y mis aprendizajes. Respeto toda la vida, hasta me cuesta matar un bicho. Nunca estuve en situación de abortar, creo que no lo haría. Pero estoy a favor del derecho de cada persona a elegir. Yo elijo no abortar, nadie con o sin con ley me va a obligar. Como no me obligaron a divorciarme, ni a casarme con alguien del mismo sexo. Las leyes, estas leyes tan "polémicas" para nuestra conservadora sociedad, lo único que están haciendo es ponerse al día con las deudas que vienen arrastrando desde hace décadas. Vienen únicamente a subsanar las desigualdades que sigue generando su ausencia. Convalidarán la existencia de situaciones ya existentes, pero en el caso del aborto además eliminarán una más de las barreras que separan a las clases de bajos recursos de las otras. Porque mujeres (de bajos recuersos) mueren por abortos mal realizados y seguirán muriendo si no se legaliza. La única diferencia será esa: reducirá la mortandad materna. No se usará como método anticonceptivo. Ninguna mujer, me atrevería a arriesgar, se hace un aborto si lo puede evitar. Ninguna desconoce que lo que está desprendiendo de su cuerpo, es una parte suya, que podría ser su hijo. Pero si al trauma de tomar esa gran decisión, le sumamos el riesgo de vida que sufren quienes no puede pagar un aborto bien hecho (igualmente ilegal actualmente pero mucho menos riesgoso), ahí tienen una real injusticia.
Que hay que educar en sexualidad para que no sea necesario llegar a esto, ni hablar. Pero los mayores opositores a la idea del aborto, también lo son a la educación sexual, así que les pediría que propongan alguna alternativa más viable que la contradicción. De todas maneras, la educación, para todo, lleva años y esto hay que resolverlo en forma inmediata, no podemos permitir que mueran más mujeres.
Otra punta del complicado ovillo de la maternidad no deseada, podría ser que finalmente reformen la ley de adopciones para que esos chicos que sus madres no quieren o no pueden tener, puedan ser legalmente adoptados por padres y/o madres que no pueden engendrarlos pero los buscan con esperanza desde hace mucho tiempo. No sé si vieron "Juno", si no se las recomiendo.
No sé si sirven estas líneas para alguien más. A mí me sirve desahogarme de tanto prejuicio, de tanta cerrazón de mente que me rodea, para al menos saber que yo tengo claro y bien fundamentado lo que pienso de este tema.

martes, 24 de mayo de 2011

MEMORIA

Los abandoné mucho tiempo, o digamos que les di unas vacaciones bastante largas... No les voy a prometer que voy a escribir regularmente, sería una vil mentira.
Hoy llueve, y tengo ganas de escribir unas líneas. Ando sensible, estuve leyendo mucho, y además estos días se habla mucho de los nietos. Pienso en las abuelas, que quedan pocas, que se van yendo con las manos y los brazos vacíos de esos nietos, pobrecitas. Y se me llena el alma de dolor, el nudo en la garganta. Décadas y décadas que pasaron y siguen pasando para que muy de a poquito, algunas historias se conozcan. Chicos, ya no tan chicos, como yo, que se convierten de un número en una cara, en una historia, en la de sus padres, en la de sus abuelos que los buscaron y los encontraron. Tan poquitos, faltan tantos, y el tiempo corre. Los días pasan y cada vez queda menos, aunque otros sigan su lucha y levanten sus banderas y se pongan sus pañuelos, algunas, muchas, se van a ir sin ese abrazo tan postergado, sin ver esos rostros que reflejen los de sus hijos perdidos.
Cuando escucho algunos nietos, sobre cómo reaccionaron, lo que pensaron y pensaban, cómo sus supuestos padres los aleccionaron contra el "enemigo", cómo pensaron que "no los iban a querer más"... Me imagino qué choque de ideas en esas cabezas, qué crisis, qué no entender nada. De repente saber que no eran quienes ellos pensaban. Por eso creo que hay muchos que sospechan y no se animan a acercarse, porque fueron criados en la creencia de una guerra, de una historia mentida y reconocerse parte de esa historia significa tirar abajo sus vidas y empezar de nuevo desde otra perspectiva totalmente diferente. ¿Cómo se hace? Pero deben animarse, no hay que renunciar a lo que conocieron, o sí, cada historia fue diferente.
Espero que aparezcan muchos más nietos, que haya muchos más abrazos, porque cada reencuentro es una herida que cierra y comienza a sanar. Cada abuela y su nieto que se encuentran, son un paso más que nos acerca a la paz. Esa paz que no se consigue con impunidad y olvido, sino que se gana con justicia y con dolor, el dolor por lo que debemos recordar, para no repetirlo NUNCA MÁS.

martes, 23 de noviembre de 2010

En busca de la Oposición perdida

Mucha gente está contenta con la Oposición que tenemos. Les parece hasta gracioso que sean unos impresentables, un papelón de políticos, o en el mejor de los casos, simplemente inoperantes. Hay varios tipos que podemos definir al respecto: el pseudo bloque Hotton-Carrio-Álvarez-Bullrich que se dedicó durante más de diez días a denunciar la nada, por ejemplo. Ahora, han devenido en "mediáticas" y andan llorando por los canales o dando notas que dan vergüenza ajena ante la falta de respuesta que pueden brindar.
Después tenemos a Macri, que ni casarse seriamente puede y es atacado impunemente por su bigote postizo. Difícil de calificar, ¿no? Igual esto es anecdótico, lo grave es lo otro. El abandono de las escuelas públicas mientras se subsidian privadas de $1600 de cuota mensual. El cierre de zoonosis donde personas con problemas de conducta o mentales hacen tratamientos que los ayudan a su reinserción. La reducción del presupuesto del Garrahan, el piso del escenario del Colón, los baches... Eso es grave.
No la gordura de Carrió, ni su cara anarajada, sino las barbaridades que dice totalmente impune.
También están los radicales, sospechosamente silenciosos atrás de las pavadas que dice Carrió (¿sabrá ella algo que nosotros no?). Mis repetos a su partido y a su historia, pero no da para quedarse así de calladitos ante las barrabasadas de la jefa de la Coalición Cívica.
Después está Pino. Yo hasta lo voté alguna vez en las legislativas, porque me parecía un tiipo serio y mirá en lo que resultó, congraciándose con Mariano Grondona (puaj!).
La izquierda, lo mismo de siempre, en general, no lograron ponerse de acuerdo y eso los debilitó. Juegan otro partido, ellos no aceptan medias tintas, es todo o nada. Y entonces es nada... Algunos se fueron acercando al oficialismo porque vieron una voluntad de cambio, porque entendieron que las cosas pueden ir mejorando de a poco, no de un día para el otro, sino todos los días un poquito.
La Oposición es una fuerza necesaria para la Democracia. Una democracia sana necesita muchas cosas, entre ellas control, y uno de los ojos que debe ejercer ese control es la Oposición. Pero a la que tenemos no se le puede pedir tanto, si no pueden con ellos mismos...
Lo que sí tiene el gobierno actual son enemigos. Eso es bueno, por lo que significa: que hay un cambio, que el gobierno defiende unos intereses distintos a los de las corporaciones. Es bueno para el pueblo, pero no para los terratenientes, los grupos de poder y las multinacionales que busquen esclavizar a los trabajadores. Pero es malo porque son enemigos, no contrincantes. No tendrán reparos en llevar adelante la peor y más sucia de las campañas. No escatimarán recursos para conseguir sus fines.
Afortunadamente, compañera Cristina, todo este escenario nos encuentra con los ojos bien abiertos. No pasarán, no properarán sus métodos. Con pasión, con solidaridad, con inteligencia y con las leyes e instituciones como herramientas, seguiremos adelante por este camino y los derrotaremos.
Una nueva historia se está escribiendo y todos somos protagonistas. Los invito a sumarse y dejar de ser espectadores.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Parada en el medio de la vida

Nací en febrero, de 1977. Podría haber sido uno de tantos H.I.J.O.S. O de los cientos de chicos a los que les robaron su identidad. No lo digo por una cuestión generacional y de coincidencia de fechas únicamente. Mis viejos militaban en la JP en la Universidad de La Plata. Poco después, nos disolvimos en el conurbano boanerense, en una rutina de clase media que me brindó la mejor de las infancias. Con algunas ausencias que nos dejó el exilio y seguramente mucho dolor que ellos disimulaban bien...
Entre mis recuerdos más lejanos, están esos primeros indicios de democracia, la campaña del 83, la derrota y la esperanza. Todo mezclado en una sensación.
Después volvimos a La Plata. Recuerdo las canciones de Lito y de Serú como banda de sonido de mi época de primaria. En el Normal, ya en segundo y con 14, me peleé con una profesora porque consideraba que no teníamos que tener una visión parcial de la historia, todo porque nos querían hacer ver "La noche de los lápices". Ese año o el siguiente, no recuerdo bien, se disolvió el Centro de Estudiantes.
Y entonces todo quedó en nada. Empezaban los 90, la decadencia de muchos valores y de la política, por los políticos. Justo cuando uno está en la edad de los ideales, de jugarse por causas perdidas, lo que nos podría haber unido en pos de un bien común, se fue al tacho... No lo pongo de excusa, hubo gente que militó desde esa época, pero podríamos haber sido muchos más.
Soy parte de esa generación que creció mirándose el ombligo. Lo dijo Dolina el otro día, como siempre con gran claridad, aspirábamos sólo a nuestro crecimiento y eso significaba tener una carrera y ganar más plata, a grandes rasgos. Nunca fui tan materialista, no les voy a mentir, pero mi idealismo se quedó ahí, intacto, guardado en el fondo del cajón, hasta mejor momento.
Y el momento llegó. Se podría decir que de a poco me empecé a desperezar el espíritu cuando algunas pistas sueltas llegaron de que algo estaba cambiando. La famosa bajada de cuadros de la ESMA y la respuesta de Néstor ante la pregunta de si "se venía el zurdaje" fueron, de a poco, despertándome. Cada vez más convencida de que algo se estaba gestando, me encontró y me sorprendió, la muerte de quien había sido y seguía siendo, una de las piezas fundamentales de esa gesta. Y sin haberme imaginado nunca que eso podía movilizarme tanto, lloré al hombre y rememoré sus logros, nuestros logros de los últimos tiempos. El "de a poco" se convirtió brutalmente ante esa merte en "de repente" y ya no me quedó lugar para tibiezas. Creo que es el momento de hacer algo, de resucitar la solidaridad de mucha gente, la conciencia colectiva de que, a pesar de las diferencias, somos un Pueblo.
Sin violencia, pero con firmeza, los invito a reclamar y a acompañar, cada uno desde su lugar, trabajando todos los días desde lo que nos toca hacer, participando y haciéndonos, mutuamente, mejores personas, para convertirnos en un mejor Pueblo.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Por dónde empiezo...

Bueno, hace un tiempo que es como que si no escribo, exploto, como el salvaje unitario de "El matadero". Empecé por el Facebook, seguí por los diarios On Line y ahora esto. Empiezo entonces, por dejarme llevar y escribir lo primero que me venga en mente. Prometo, si alguien lee, que intentaré ir mejorando en el ordenamiento de mis ideas, pero como "lo perfecto es enemigo de lo bueno", prefiero empezar, así, lisa y llanamente.
Comencemos por quién soy. Soy una persona, común, con interés en muchas cosas, con una hermosa familia, que me hace inmensamente feliz. Como todos los días, siempre tuve ese gran privilegio (que mucha gente en mi amado país no tiene pero está empezando a tener), entiendo la Política como una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas y pienso que hay muchos políticos que desmerecen la política. También, pecando de ingenua u optimista (ambos son defectos o cualidades que no tengo problema en reconocer) creo desde siempre que las cosas pueden cambiar para mejor siempre. Y no por arte de magia, sino con la participación de la gente como yo. No digo que sea fácil, pero estoy segura de que se puede hacer y de que está en gran parte en nuestras manos. Repruebo, por otra parte y lo quiero dejar en claro desde el minuto cero, cualquier forma de violencia. Repruebo la mentira. Repruebo el fundamentalismo. Me gusta creer que estamos madurando como Pueblo y que podemos, gracias a las mejoras en la Educación de los ciudadanos, ser seres pensantes, discutir, debatir, acalorarnos pero sin golpes y mejorar entre todos nuestra Argentina. Me confieso Kirchnerista, desde ya, pero no fanática, escucho y opino y respeto a quienes piensan y opinan diferente, pero siempre desde los argumentos y la documentación de lo que exponen.
Bueno, para empezar me parece que está bien. Nos vemos la próxima!